Evacuaciones rápidas y reacción ciudadana marcan sismo de magnitud 5.0

Aunque no se reportaron daños ni víctimas, la evacuación rápida de edificios como el Tribunal Superior Electoral y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) refleja un grado de conciencia preventiva que no siempre ha sido habitual en emergencias pasadas.

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Santo Domingo. – El sismo de magnitud 5.0 registrado este lunes con epicentro en San José de Ocoa no solo sacudió físicamente a varias zonas del país, sino que también puso a prueba la capacidad de respuesta inmediata de instituciones públicas y ciudadanos ante eventos sísmicos.

Aunque no se reportaron daños ni víctimas, la evacuación rápida de edificios como el Tribunal Superior Electoral y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) refleja un grado de conciencia preventiva que no siempre ha sido habitual en emergencias pasadas.

De igual forma, la reacción espontánea en sectores comerciales como Sabana Larga, donde incluso en una peluquería las estructuras temblaron causando pánico, muestra cómo los espacios cotidianos se convierten, de repente, en escenarios de alerta.

Una oportunidad para fortalecer la cultura sísmica

Expertos como el director de Sismología de la UASD, aprovecharon el evento para recordar la importancia de reforzar la educación ciudadana frente a fenómenos naturales.

Recomendaciones como alejarse de ventanas, buscar protección cerca de columnas estructurales o, si es posible, salir de la edificación en planta baja, podrían marcar la diferencia entre la seguridad y la tragedia.

El país no experimentaba un temblor de esta magnitud desde 2023, y si bien en esta ocasión no hubo consecuencias graves, los especialistas insisten en que es necesario mantener planes de evacuación actualizados y simulacros periódicos, especialmente en instituciones públicas y centros educativos.

Este sismo fue una llamada de atención sin consecuencias mayores, pero con mucho que aprender. El desafío ahora es convertir la reacción rápida de hoy en una práctica habitual, antes de que llegue un evento de mayor impacto.

Antecedentes

La República Dominicana se encuentra ubicada sobre la convergencia de las placas tectónicas del Caribe y Norteamericana, lo que la convierte en una zona de alta actividad sísmica. Esta condición geológica ha provocado a lo largo de la historia múltiples movimientos telúricos de diversa magnitud, algunos de ellos con consecuencias devastadoras.

El país cuenta con fallas activas como la falla Septentrional y la falla Enriquillo-Plantain Garden, esta última asociada al fuerte terremoto que afectó a Haití en 2010.

Si bien muchos temblores ocurren sin dejar daños, su frecuencia mantiene alerta a los organismos de protección civil y a instituciones como el Centro Nacional de Sismología y la Defensa Civil.

En 2023, la nación experimentó su último sismo de consideración antes del registrado el jueves 20 de octubre de 2025, que tuvo una magnitud de 5.0 y se localizó en la provincia de San José de Ocoa, con una profundidad de 10 kilómetros.

Este evento provocó evacuaciones preventivas en edificios públicos y causó alarma entre la población, especialmente en el sur del país y el Gran Santo Domingo.

Los organismos especializados han reiterado la importancia de mantener una cultura de prevención sísmica, dado que, aunque estos movimientos no siempre causan daños estructurales, su imprevisibilidad representa un riesgo constante para la vida humana y la infraestructura nacional.




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