La política como negocio
Casos como el de Senasa evidencian la necesidad de fortalecer la supervisión y sanción en la administración pública.
Algunos, afortunadamente, resbalan y caen en las redes del Ministerio Público y los tribunales, pero otros se cubren con el velo de la impunidad. Sin embargo, en el fondo todos sabemos quién es quién, y esa es la mayor frustración de nuestra democracia.
Actualizado: 10 de Diciembre, 2025, 08:02 PM
Publicado: 10 de Diciembre, 2025, 07:44 PM
Santo Domingo.– ¿Quedan políticos verdaderamente de vocación? De esos que asumen el servicio público casi como una profesión de fe, buscando esa genuina construcción social? Creo que sí, que quedan algunos, pero son la excepción.
Lo más común hoy es ver ingresos a los partidos como una simple escalera de ascenso social. La meta de muchos es clara: obtener un cargo público, usarlo como fuente de negocio sí, un negocio y empezar a construir patrimonio personal.
Eso no es servicio, es estrategia. A veces la copa se desborda, como hemos visto en casos sonados como el de Senasa, y no queda más remedio que la intervención judicial.
Pero seamos honestos: hay quienes tienen una suerte increíble, ejercen de verdaderos ladrones y filibusteros y jamás son descubiertos. Depende de las reglas que tejan, del apoyo político, de ese manto institucional que a veces actúa como una capa protectora, sobre todo en áreas como las entidades financieras públicas.
- Esos son los intocables. Pero la cosa es que ellos saben que roban, sus cercanos lo saben, y la sociedad los mira con frustración.
Ladrones
Los vemos pasearse en sus villas, en sus lanchas, en sus carros de alta gama, y la verdad es que el Estado tiene más ladrones de los que queremos o podemos imaginar.
Algunos, afortunadamente, resbalan y caen en las redes del Ministerio Público y los tribunales, pero otros se cubren con el velo de la impunidad. Sin embargo, en el fondo todos sabemos quién es quién, y esa es la mayor frustración de nuestra democracia.

