CEPAL: República Dominicana desacelerará a 3.7% en 2025 por menor inversión y manufactura
La proyección, contenida en el Estudio Económico 2025 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), obedece a factores internos y externos que han reducido el dinamismo de la inversión y la actividad productiva.
Cita especialmente en los sectores de construcción y manufactura, así como al impacto de un entorno global incierto.
La incertidumbre internacional y menor crecimiento global también han sido vitales.
Otro facto es la desconfianza y su impacto en la ejecución de proyectos.
Actualizado: 05 de Agosto, 2025, 01:38 PM
Publicado: 05 de Agosto, 2025, 01:29 PM
Santiago de Chile.– La economía dominicana, que ha liderado el crecimiento en el Caribe durante los últimos años, registrará en 2025 un ritmo más moderado, con una expansión del 3.7%, frente al 5% estimado para 2024.
La proyección, contenida en el Estudio Económico 2025 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), obedece a factores internos y externos que han reducido el dinamismo de la inversión y la actividad productiva.
En la presentación del informe, Noel Pérez, director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, explicó que esta desaceleración responde principalmente a una caída en la inversión privada.
Cita especialmente en los sectores de construcción y manufactura, así como al impacto de un entorno global incierto, que ha reducido la confianza empresarial y ralentizado la ejecución de proyectos.
"Se observa un crecimiento menor al potencial en República Dominicana, un fenómeno que también se repite en muchos países de la región", indicó Pérez. "En este contexto, la clave será ampliar el espacio fiscal, mantener una buena gestión de la deuda y atraer recursos hacia proyectos de alto impacto".
Factores de la desaceleración en 2025
El estudio y las declaraciones de Pérez identifican varios elementos que explican el menor crecimiento proyectado.
Entre ellos está la caída en la inversión en construcción e industria, sectores históricamente motores de la economía que han mostrado señales de enfriamiento. La construcción, afectada por el encarecimiento del financiamiento y la postergación de proyectos, y la manufactura, impactada por la menor demanda externa, han reducido su contribución al PIB.
La incertidumbre internacional y menor crecimiento global también han sido vitales. La ralentización de la economía mundial, con Estados Unidos, Europa y otras regiones creciendo a un ritmo moderado, afecta tanto a las exportaciones como al turismo, dos pilares de la economía dominicana.
A ello se suman las condiciones financieras restrictivas. Las altas tasas de interés a nivel global han encarecido el costo del crédito, limitando el acceso a financiamiento tanto para empresas como para el gobierno.
Aunque la liquidez ha crecido en algunas economías avanzadas, como Estados Unidos y la Unión Europea, las condiciones para economías emergentes siguen siendo desafiantes.
Mientras, otro facto es la desconfianza y su impacto en la ejecución de proyectos. La combinación de incertidumbre comercial, volatilidad cambiaria y tensiones geopolíticas ha llevado a que algunos inversionistas posterguen decisiones, afectando directamente la inversión extranjera y nacional.
Proyecciones de reactivación para 2026
A pesar de este freno temporal, la CEPAL prevé que la economía dominicana retome un crecimiento más acelerado en 2026, con una expansión estimada del 4.8%.
El repunte estaría impulsado por la ejecución de proyectos estratégicos en infraestructura, energía y sostenibilidad, que atraerán inversión privada y pública.
Se suma la recuperación del comercio internacional y una demanda externa más dinámica, especialmente desde Estados Unidos. También se añade el fortalecimiento del mercado de deuda en moneda local, lo que permitirá financiar proyectos en pesos, reduciendo la exposición a riesgos cambiarios.
Una confianza empresarial renovada, que desbloquearía inversiones actualmente en espera, será de ayuda, según Pérez, quien enfatizó que este repunte no será automático, sino que dependerá de que el país implemente políticas activas para movilizar recursos y generar condiciones favorables a la inversión.
Recomendaciones de política económica
Para asegurar una recuperación sólida y sostenida, la CEPAL propuso tres ejes estratégicos para la República Dominicana.
El primero es la ampliación del espacio fiscal. El país debe combatir la evasión tributaria, evaluar y racionalizar los gastos tributarios y mejorar la eficiencia del gasto, priorizando proyectos de alto impacto social y económico.
El segundo es la movilización de recursos externos y privados. La CEPAL establece que se debe atraer inversión extranjera alineada con las prioridades nacionales de desarrollo, y promover asociaciones público-privadas para financiar infraestructura y energías limpias.
Como tercer punto está el fortalecimiento de la banca de desarrollo, lo que facilitará el crédito a mipymes y proyectos verdes, ademas de impulsar instrumentos innovadores como bonos verdes y fondos de inversión productiva.
Políticas de desarrollo productivo
como base del crecimiento futuro
Pérez también destacó la necesidad de "alinear las políticas de desarrollo productivo" para que el crecimiento no dependa de pocos sectores.
Esto incluye definir prioridades productivas nacionales y concentrar recursos en ellas, coordinar esfuerzos entre gobierno, empresas, academia y sociedad civil; impulsar la descentralización y el desarrollo territorial para integrar regiones menos favorecidas a la economía nacional; fomentar un papel más activo del sector privado, especialmente de las grandes empresas, en las estrategias de diversificación productiva.
De la desaceleración al crecimiento sostenible
La CEPAL reconoce que la proyección de 3.7% para 2025 refleja una coyuntura desafiante para la República Dominicana, pero también destaca que las bases para un repunte están presentes.
Si el país logra ampliar su espacio fiscal, mejorar su infraestructura productiva y atraer inversión de calidad, 2026 podría marcar el inicio de un ciclo de crecimiento más equilibrado, menos dependiente de sectores específicos y mejor preparado para resistir los vaivenes de la economía global.
