Leonel Fernández y Danilo Medina: entre demócratas y dictadores
La historia política latinoamericana de las últimas décadas revela dos modelos opuestos.
Actualizado: 09 de Diciembre, 2025, 08:13 AM
Publicado: 08 de Diciembre, 2025, 12:09 PM
Santo Domingo.– Recuerdo el 2 de febrero de 1999 cuando una multitud chavista situada frente a la entrada del Palacio del Congreso venezolano le vociferaba "corrupto... corrupto" a Carlos Andrés Pérez mientras él caminaba solo y tranquilo sin responder una palabra.
La noche anterior habíamos estado primero en Miraflores, en la recepción de despedida del presidente Rafael Caldera a los jefes de Estado presentes en Caracas.
Después esa misma noche acudimos al Fuerte Tiuna en Caracas. Allí nos reunimos las delegaciones de:
- Cuba: Fidel Castro, Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque
- República Dominicana: Leonel Fernández, Danilo Medina, Euclides Gutiérrez Félix y Víctor Manuel Grimaldi Céspedes
- Venezuela: Hugo Chávez, Alfredo Peña, Luis Miquilena y José Vicente Rangel
DOS CAMINOS EN AMÉRICA LATINA:
La historia política latinoamericana de las últimas décadas revela dos modelos opuestos: democracias que avanzaron con instituciones, elecciones y estabilidad relativa —como la República Dominicana—, y regímenes que derivaron hacia el poder concentrado y autoritario, como Cuba y Venezuela.
LA DELEGACIÓN DOMINICANA EN CARACAS:
Aquella toma de posesión del 2 de febrero de 1999 la viví como miembro de la Delegación Oficial de la República Dominicana, encabezada por el presidente Leonel Fernández e integrada por Danilo Medina, Euclides Gutiérrez Félix y quien firma este artículo.
La presencia dominicana mostraba el rostro de una democracia que había logrado sostener elecciones libres desde 1966.
CHÁVEZ: DEL MILITAR GOLPISTA AL LÍDER ELECTO
Hugo Chávez llegó al poder con legitimidad electoral, pero su trayectoria previa —incluyendo el fallido golpe de 1992— y el rumbo posterior de su gobierno mostraron la inclinación hacia un proyecto de control político. Su ascenso ocurrió en una Venezuela agotada por la corrupción, la desigualdad y el descrédito del sistema partidario tradicional.
FIDEL CASTRO: LA REVOLUCIÓN CONVERTIDA EN TIRANÍA
En Cuba, la revolución de 1959 devino en un régimen de partido único.
Fidel Castro consolidó un modelo autoritario que anuló la pluralidad política, restringió libertades y mantuvo un férreo control del Estado por más de seis décadas.
DEMOCRACIA DOMINICANA: UN CONTRASTE
Leonel Fernández y Danilo Medina representan, con estilos distintos, la continuidad democrática dominicana: gobiernos electos, alternancia política, respeto a la institucionalidad y estabilidad económica.
En ellos se expresa el camino opuesto al de Venezuela y Cuba.
CONCLUSIÓN:
Dos demócratas dominicanos frente a dos líderes que derivaron en tiranía. Esa es la realidad histórica del Caribe y América Latina reciente.
La República Dominicana eligió la ruta de la democracia; Venezuela y Cuba, la del poder concentrado.
Leonel Fernández y Danilo Medina representan, cada uno desde su estilo y trayectoria, la continuidad de la tradición democrática dominicana que emergió después de 1966.
Sus carreras políticas se forjaron dentro de procesos electorales, debates internos y una cultura institucional que, con luces y sombras, consolidó una de las democracias más estables del Caribe y de América Latina.
En contraste, Hugo Chávez y Fidel Castro encarnaron proyectos de poder personalista que, si bien surgieron con amplia legitimidad social —el primero a través de elecciones libres, el segundo mediante una insurrección contra Batista—, desembocaron en regímenes concentradores del poder, restrictivos en libertades públicas y sostenidos por una ideología revolucionaria que terminó sofocando la pluralidad política.
La República Dominicana, desde 1966 hasta hoy, vivió un camino completamente distinto. Leonel Fernández, electo en 1996 y reelecto posteriormente, gobernó dentro del marco constitucional, respetó alternancias y cimentó un modelo económico que abrió el camino a la modernización de infraestructuras y sectores productivos.
Danilo Medina, su sucesor político y compañero en la transición de 1996, continuó políticas sociales de acceso, educación y lucha contra la pobreza.
Ambos son fruto de una democracia partidaria que ha mantenido elecciones libres durante seis décadas.
Chávez, por el contrario, llegó al poder en 1999 con una Venezuela marcada por la desigualdad, el descrédito de los partidos tradicionales y el trauma del Caracazo.
Su figura fue moldeada tanto por su fallido golpe de 1992 como por su discurso protagónico. Aunque sus primeras elecciones fueron plenamente democráticas, con observación internacional (incluyendo al expresidente Jimmy Carter), su modelo posterior de concentración de poder derivó en la erosión institucional que hoy caracteriza a Venezuela.
Fidel Castro, que derrocó a la dictadura de Batista en 1959, instauró un régimen de partido único que duró más de seis décadas.
Su presencia en la geopolítica latinoamericana marcó a generaciones enteras.
En 1998, Fidel Castro invitado por el presidente Leonel Fernández, visitó República Dominicana y sostuvo un encuentro histórico con Joaquín Balaguer.
La diferencia entre la tradición democrática dominicana y el modelo autoritario cubano se hizo evidente entonces como se hace evidente hoy.
El artículo de Gabriel García Márquez sobre "los dos Chávez" del 1 de Febrero de 1999 reveló la dualidad del personaje: un militar con sensibilidad social y carisma desbordante, pero también un líder con inclinación natural hacia el poder centralizado.
La BBC, dos décadas después, confirmaría que la Venezuela que lo eligió fue víctima de corrupción, debilidad institucional y desigualdad social.
Las historias se cruzan. En Caracas, el 2 de febrero de 1999, Leonel Fernández y Danilo Medina asistieron como representantes de una democracia consolidada a la toma de posesión de un hombre que, con el tiempo, habría de transitar el camino inverso: del voto hacia el autoritarismo.
Fidel Castro, ya con 40 años en el poder en 1999, observaba la escena desde La Habana.
República Dominicana eligió el camino democrático. Venezuela y Cuba escogieron el modelo de poder concentrado.
Ese contraste sigue vigente en 2025.

