Senasa: Turbios negocios con vacunas e instrumental ortopédico

las vacunas asignadas por la OPS a SENASA y a salud pública, a precios de cooperación fueron regaladas a ARS y centros de salud privados, para hacer negocios multimillonarios a beneficio de altos funcionarios y de los grandes bancos del país, vía ARS.

Ambas partes se pusieron de acuerdo para traspasar gratuitamente millones de vacunas a empresas privadas dedicadas al negocio de la salud y éstas a su vez se las vendieron y se la siguen vendiendo a altos precios a las personas y familias que la necesitan.

En el caso de clínicas privadas que, bajo presión y ahogadas por los retrasos del Estado, han accedido a esa relación fraudulenta, tratan compensar los gastos en sobornos con el aumento de las tarifas a los pacientes y a sus familias.

FARMACART es una de las empresas del GRUPO READ dedicada a intermediar entre las redes farmacéuticas, SENASA, las ARS privadas y los usuarios de los seguros médicos, para engañar a personas enfermas y realizar operaciones fraudulentas.

Algo que no ha explotado todavía es que el GRUPO READ, sus Puntos Médicos, están asociados a laboratorios clínicos, con el propósito de facturar fraudulentamente.

Recordemos también que durante la pandemia el robo al estado desde ARS y grupos privados se multiplicó a niveles escandalosos por obra y gracia de las avalanchas de las pruebas de laboratorios y las vacunaciones realizadas en los laboratorios y centros privados.

Florecieron y se extendieron redes de farmacias y laboratorios, y clínicas gigantes.

Entre esos casos necesariamente habrá de salir a la superficie un centro médico capitaleño con fama de institución filantrópica.

En ese caso el volumen de sus procesos fraudulentos ha superado todas las fechorías en materia de ejercicio de los negocios ilegales entre Estado y entidades privadas que convierten la salud en negocio.

· CORRUPCIÓN ORTOPÉDICA

Grandes beneficios de las prácticas fraudulentas a cargo de los contubernios de SENASA con entidades privadas asociadas a ella, han sido destinados al área de los negocios y el ejercicio de la ortopedia, en un país campeón mundial en accidentes de tránsitos.

Los fraudes incluyen la venta a altos precios, vía hospitales ortopédicos y directamente a pacientes incautos, de aparatos y dispositivos propios de esa especialidad, casi todos de pésima calidad.

Incluye también el traspaso de pacientes, indicaciones de procedimientos a centros y entidades privadas que bien pueden y deben ser atendidos en hospitales públicos. Eso mediante entrega de jugosos sobornos.

Llama la atención el enriquecimiento vertiginoso de ciertos ortopedas, de ciertos centros privados y de ciertas farma-tiendas vinculadas a la ortopedia como actividad mercantil.

Unas crecen y otras quiebran a consecuencia de la dinámica combinada de los sobornos con el tráfico de influencia.

Todas esas asociaciones delictivas público-privadas, entre mafias dedicadas a apropiarse de miles de millones de pesos de los fondos de ese ARS estatal y del sistema de salud públicas, configuran un crimen de lesa humanidad que, además de robarle sumas astronómicas a los/as contribuyentes, le ha costado muchas vidas a este país y demasiados sufrimientos y penurias a nuestra sociedad, sobre todo al pueblo humilde.

Todo esto muestra cómo el capitalismo y la privatización de la salud, como las enfermedades y los pacientes convertidos empresarialmente en mercancías, destruyen los sistemas de salud pública, la vida misma de la población y prolongan y multiplican las enfermedades en la sociedad, con especial saña contra el pueblo empobrecido.