La desesperación por conseguir comida ha provocado tragedias adicionales. En las últimas semanas, decenas de personas han muerto mientras intentaban acceder a convoyes de ayuda humanitaria, en medio de confusión, escasez y caos.
Gaza.– La crisis humanitaria en la Franja de Gaza se ha intensificado a niveles extremos. Según organismos internacionales, al menos 99 personas han muerto por desnutrición en lo que va de 2025, incluyendo 29 niños menores de cinco años.
Solo en el mes de julio se identificaron cerca de 12,000 casos de desnutrición aguda en menores, la cifra más alta registrada en un solo mes desde que inició el conflicto.
Los centros de atención nutricional están completamente colapsados, con una capacidad desbordada ante la cantidad de nuevos ingresos. La desnutrición afecta gravemente a miles de niños y madres lactantes que carecen de acceso a alimentos básicos y atención médica especializada.
Los desplazamientos forzados, el bloqueo de ayuda y la destrucción de la infraestructura alimentaria han creado un entorno propicio para la propagación del hambre. La población infantil es la más vulnerable: más del 30 % de los menores de cinco años presentan síntomas de desnutrición severa, y miles requieren tratamiento urgente para sobrevivir.
Actualmente, menos del 3 % de los niños con desnutrición están recibiendo tratamiento adecuado. La escasez de insumos, medicamentos y personal médico está agravando una situación que ya se encuentra al borde del colapso humanitario.
Organismos de salud han advertido que el acceso a agua potable, alimentos, servicios sanitarios y apoyo médico continúa siendo gravemente limitado. Mientras las enfermedades se propagan en un entorno de hacinamiento y precariedad, miles de pacientes esperan ser evacuados para recibir atención fuera del enclave.
La posibilidad de una hambruna a gran escala es cada vez más real, y se han encendido todas las alertas humanitarias. La comunidad internacional enfrenta el desafío de actuar con rapidez para evitar un desastre mayor que podría costar miles de vidas más.
La ofensiva militar y los desplazamientos masivos han devastado la capacidad agrícola de Gaza. Informes recientes revelan que menos del 10 % de las tierras de cultivo siguen siendo accesibles, mientras que solo el 1.5 % está en condiciones de producir alimentos.
Esto ha dejado a la población totalmente dependiente de la ayuda internacional, que llega de forma intermitente y en cantidades insuficientes para cubrir las necesidades mínimas.
La destrucción de infraestructuras clave como invernaderos, sistemas de riego y almacenes de granos, junto con las restricciones para ingresar semillas y fertilizantes, han imposibilitado cualquier intento de reactivación agrícola local. La autosuficiencia alimentaria en Gaza se ha vuelto prácticamente imposible.
La desesperación por conseguir comida ha provocado tragedias adicionales. En las últimas semanas, decenas de personas han muerto mientras intentaban acceder a convoyes de ayuda humanitaria, en medio de confusión, escasez y caos.
Testimonios locales reportan que muchas familias caminan largas distancias con niños en brazos para intentar obtener una ración básica de alimentos. Aun así, muchos regresan con las manos vacías o en peores condiciones, al enfrentarse a largas esperas, escasa organización y controles militares.