Desde tempranas horas de la mañana, familiares de las víctimas y amigos, se congregaron frente al lugar del siniestro. Allí, entre flores, pancartas y oraciones, exigieron lo mismo que han pedido desde el primer momento: justicia verdadera y proporcional al desastre ocurrido.
Santo Domingo-.– A cuatro meses del derrumbe del techo del Jet Set, que dejó 236 muertos, familiares y allegados se reunieron para orar y exigir justicia. Califican la sentencia contra los dueños de la discoteca como "barata" y proponen convertir el edificio en un sitio de memoria, aunque otros piden su demolición por el dolor que representa.
A 122 días desde aquel fatídico día, las heridas siguen abiertas, y mantiene la fuerza de una comunidad que se niega a dejar en el silencio la memoria de los que ya no están.
Desde tempranas horas de la mañana, familiares de las víctimas y amigos, se congregaron frente al lugar del siniestro. Allí, entre flores, pancartas y oraciones, exigieron lo mismo que han pedido desde el primer momento: justicia verdadera y proporcional al desastre ocurrido.
Mientras tanto, vecinos solicitaron que el local, aún en pie pero abandonado, sea transformado en un mausoleo o espacio de memoria para honrar a los fallecidos. Otros, por el contrario, piden su demolición inmediata, argumentando que el lugar causa un daño emocional a quienes lo visitan o transitan por la zona.
Lo cierto es que el lugar del colapso, lejos de caer en el olvido, se ha convertido en un símbolo del reclamo social por una justicia más eficaz.
Por el caso Jet Set, sus propietarios Antonio y Maribel Espaillat están en libertad bajo fianza e impedimento de salida.
El Ministerio Público apeló la medida de coerción impuesta a los hermanos Espaillat y algunos de los familiares de las víctimas esperan que el tribunal apoderado fije fecha para su conocimiento.