El Salvador eleva alerta por lluvias que dejan al menos tres fallecidos y suspenden clases

San Salvador.– La Dirección General de Protección Civil de El Salvador elevó este lunes a alerta naranja (riesgo importante) la situación nacional por las fuertes lluvias, que ya han provocado la muerte de al menos tres personas en distintas zonas del país.

La medida responde al riesgo creciente de desbordamientos de ríos y otros eventos peligrosos, lo que ha llevado al Ministerio de Educación a suspender las clases públicas este martes como medida preventiva.

En un comunicado oficial, Protección Civil advirtió que existe una alta probabilidad de desbordamientos en varias cuencas del país durante las próximas 24 horas.

Sistema climático activo sobre la región

Según las autoridades, las lluvias están siendo generadas por una área de baja presión, vinculada a la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), ubicada al suroeste de la costa centroamericana. Este sistema favorece un arrastre constante de humedad desde el Océano Pacífico, intensificando las lluvias y tormentas.

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La semana pasada, las lluvias ya habían cobrado la vida de una mujer de 32 años, que fue soterrada por un deslizamiento de tierra en su vivienda ubicada en Ciudad Delgado, cerca de la capital San Salvador, según reportes de medios locales y Comandos de Salvamento.

Víctimas, suspensión de clases y zonas vulnerables

El domingo por la noche, Protección Civil informó a través de la red social X (antes Twitter) la muerte de otras dos personas, que fueron arrastradas por una corriente durante las recientes lluvias. Ambas fueron encontradas sin vida, aunque no se ofrecieron más detalles sobre su identidad o ubicación.

En respuesta a la situación, el Ministerio de Educación anunció la suspensión de clases en el sistema educativo público este martes, debido a la intensificación de las precipitaciones y a la saturación de los suelos, que aumenta el riesgo de deslizamientos.

Durante los temporales y la época de invierno, muchas comunidades rurales del país enfrentan peligros serios, especialmente porque sus viviendas están construidas con materiales frágiles como barro, láminas y plástico.

Las principales amenazas para estas poblaciones son los deslizamientos de tierra y las inundaciones provocadas por el desbordamiento de ríos, lo que ha convertido la alerta en una emergencia nacional latente.