La niñez, nuestra única esperanza
De la sociedad dominicana perjudicial que ahora padecemos, conviene conservar lo que merece ser mantenido sano: la niñez.
Actualizado: 13 de Octubre, 2025, 10:38 AM
Publicado: 13 de Octubre, 2025, 10:36 AM
Santo Domingo.– 1.- Ser realista es ver y juzgar las cosas tal como son, ajustadas a la realidad; haciendo abstracción de todo idealismo.
2.- Como creemos que la sociedad dominicana se dañó, debemos preocuparnos por construir otra que sea beneficiosa y no haya sufrido lesiones.
3.- Para edificar una nueva comunidad humana, precisamos de un ente no contaminado por el cuerpo social llamado a desaparecer por inservible.
4.- De la sociedad dominicana perjudicial que ahora padecemos, conviene conservar lo que merece ser mantenido sano: la niñez.
5.- Tenemos justos motivos para creer que lo único a conservar de la presente dañina sociedad son los niños.
6.- La necesidad de mantener a la niñez como sana esperanza nacional no es una obsesión por una idea fija. Todo responde a una reflexión.
7.- Confiar en los niños para tener otro país no es una imagen que tenemos ofuscada en la mente. Es cuestión de realidades.
8.- Ese ser humano dominicano que hoy está en el primer período de la vida de los humanos, la niñez, es la única reserva que nos queda para tener una sociedad de gente buena.
9.- Lo que la materialidad le está diciendo al dominicano de hoy es que el ordenamiento bajo el cual desarrolla sus actividades dejó de ser limpio, sano en lo ético y moral.
10.- En nuestro país, solamente los que se aprovechan del estado estropeado donde estamos desean su prolongación.
11.- No importa que solo un grupo saque beneficios del desastre nacional, porque la existencia real nos dice que, por más que lo oculten, esto es humanamente insostenible.
12.- El asunto de la necesidad de mantener a los niños fuera de la podredumbre social actual es para que sirvan en el porvenir como fuerzas motrices limpias liberadoras.
13.- Si las muchachitas y los muchachitos de hoy se conservan al margen de las lacras sociales, podemos confiar y poner en su conciencia la esperanza de un país mejor del que ahora nos lamentamos padecer.
14.- A la niñez hay que formarla en la honestidad, constituirla en algo nuevo en lo ético y moral, y crear futuros connacionales con ideas de progreso social.
15.- A estos muchachitos y muchachitas hay que hacer que tengan confianza en sí mismo, que sean firmes en sus decisiones, que procedan con aplomo y llenos de aliento, para que de ellos no se apodere la desconfianza y la inseguridad.
16.- En toda ocasión a la niñez del país hay que fijarle la idea de que el futuro es suyo si se comportan como gente de calidad, auténtica, como seres humanos esenciales.


