Seis meses de la tragedia del Jet Set, entre cicatrices y recuerdos

Entre esos sobrevivientes está Patricia Ovalles, una mujer que no solo escapó de los escombros, sino que ha tenido que aprender a reconstruirse día tras día.

A medio año del colapso del Jet Set, las ruinas físicas fueron removidas, pero las emocionales aún permanecen.

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Santo Domingo.– Han pasado seis meses desde que el país amaneció con una noticia que estremeció cada rincón: el desplome del techo del Jet Set, una tragedia que cobró la vida de más de 230 personas y dejó a otras 185 heridas.

Medio año después, el eco del desastre sigue vivo en quienes lograron sobrevivir y en las familias que aún lloran a sus seres queridos.

Entre esos sobrevivientes está Patricia Ovalles, una mujer que no solo escapó de los escombros, sino que ha tenido que aprender a reconstruirse día tras día.

"Todavía me duele el cuerpo, pero más me duele el alma", dice, recordando las más de siete horas que pasó atrapada bajo toneladas de concreto mientras escuchaba los gritos de sus compañeros de orquesta.

Su recuperación ha sido una carrera de resistencia. Dos recaídas médicas, una úlcera provocada por los medicamentos y múltiples transfusiones han marcado su proceso, que aún no termina. "A veces siento que sigo ahí abajo, esperando que alguien me saque", confiesa.

  • A pesar de las secuelas físicas, Patricia ha comenzado a recuperar pequeños fragmentos de su vida. Volvió a cocinar, puede caminar apoyada en un bastón y, hace poco, logró viajar a Nueva York para reencontrarse con su hijo y su padre enfermo. "Cuando me vio, mi papá lloró sin parar. Me dijo: ´Ahora sí sé que estás bien´. Ese fue mi verdadero milagro".

Voces que no se apagan

La tragedia dejó cicatrices que no se ven. Patricia conserva los audios que grabó la noche del colapso, entre gritos y súplicas, cuando intentaba pedir ayuda desde su celular.

Recuerda con dolor el momento en que su amiga Isabel, una de las vocalistas del grupo con el que se presentó, falleció a su lado. "Le escuché decir: ´quiten a Andrés de arriba que pesa mucho´... esas palabras me persiguen todos los días".

Un reencuentro inesperado

Durante la entrevista, Patricia se encontró con Wellington Berroa, el rescatista que la acompañó durante horas bajo los escombros. "Él me hablaba sin parar para que no me durmiera. Cuando escuché su voz otra vez, sentí paz".

Berroa, miembro de la Comisión Militar y Policial del Ministerio de Obras Públicas, confiesa que aquel rescate marcó su vida. "Tuvimos que recibir terapia psicológica. Fue demasiado dolor, demasiada impotencia".

Justicia pendiente

Mientras intenta retomar su vida, Patricia no oculta su frustración por la falta de respuestas. "Nadie nos ha dicho nada. Aquí la justicia se mueve cuando quiere y solo para algunos", lamenta.

Afirma que la tragedia pudo evitarse: "Había advertencias sobre daños en el techo, pero nadie suspendió la fiesta. Si lo hubieran hecho, quizás hoy muchos estarían vivos".

Fe y supervivencia

Hoy, la fe se ha convertido en su refugio. Asiste cada domingo a la iglesia y agradece cada amanecer como un regalo. "Dios me dejó viva por algo. Quizás para contar esta historia y que no se olvide".

A medio año del colapso del Jet Set, las ruinas físicas fueron removidas, pero las emocionales aún permanecen. Patricia, como muchos otros, sigue levantándose cada día sobre los restos de una tragedia que marcó al país y que, pese al paso del tiempo, todavía clama por justicia y memoria.