Incorporar estos cinco hábitos a la rutina diaria no requiere grandes esfuerzos ni cambios drásticos. Lo importante es la constancia y prestar atención a las señales del cuerpo.
Santo Domingo.– Tener una buena digestión no depende únicamente de los alimentos que se consumen, sino también de ciertos hábitos diarios que pueden marcar la diferencia.
Uno de los hábitos más importantes es beber suficiente agua. La hidratación es clave para que el intestino funcione correctamente. Si no se toma la cantidad adecuada de líquidos, el tránsito intestinal se vuelve más lento y pueden aparecer molestias como estreñimiento o hinchazón.
Otro hábito fundamental es consumir alimentos ricos en fibra. La fibra se encuentra en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Este tipo de alimentos ayuda a regular el tránsito intestinal y mantiene el equilibrio de la flora digestiva.
También se recomienda comer despacio y masticar bien los alimentos. Al hacerlo, se facilita el trabajo del estómago y se evita la sensación de pesadez. Además, al comer con calma se favorece la absorción adecuada de los nutrientes.
Realizar actividad física ligera después de comer puede ser muy beneficioso. Una caminata corta de entre 10 y 15 minutos estimula el movimiento del sistema digestivo y reduce la posibilidad de malestares como gases o acidez.
El quinto hábito está relacionado con el bienestar emocional: disminuir el estrés. El sistema digestivo responde a los estados emocionales, por lo que altos niveles de tensión o ansiedad pueden provocar alteraciones en el proceso digestivo.
Practicar respiración consciente, tomar pausas durante el día o dormir lo suficiente también influye positivamente en la salud intestinal.
Incorporar estos cinco hábitos a la rutina diaria no requiere grandes esfuerzos ni cambios drásticos. Lo importante es la constancia y prestar atención a las señales del cuerpo.
Aunque no reemplazan la atención médica en casos de enfermedades digestivas, estas prácticas pueden contribuir a mantener una digestión más eficiente y a reducir las molestias comunes asociadas a una mala alimentación o al estilo de vida sedentario.
Cuidar la digestión es parte del bienestar general. Un sistema digestivo sano permite absorber mejor los nutrientes y sentirse con más energía en el día a día.