Estambul.– Un nuevo incendio forestal se expande este sábado en la región de Olimpia, en el Peloponeso occidental, justo después de que los bomberos lograran controlar otro siniestro al sureste de Atenas, donde un hombre murió al ser alcanzado por las llamas.
El nuevo foco se declaró el viernes por la tarde en las cercanías del pueblo de Jelidon, ubicado a unos diez kilómetros al norte de la histórica ciudad de Olimpia, según reportó el diario Kathimerini.
Las llamas, avivadas por fuertes vientos, avanzan este sábado hacia la aldea de Neraida, mientras 130 bomberos, apoyados por seis aviones cisterna y dos helicópteros, luchan por contener su propagación.
Vientos huracanados agravan la situación
Desde ayer, Grecia enfrenta vientos huracanados, especialmente en la zona del mar Egeo, que además de propagar los incendios han provocado la muerte de dos turistas vietnamitas. Estos factores se suman a una vegetación reseca tras meses de sequía, creando un escenario de alto riesgo para la propagación del fuego.
Por otro lado, los bomberos lograron esta mañana controlar el incendio que afectó la zona de Keratea, a unos 30 kilómetros al sureste de Atenas. Este fuego causó la muerte de un hombre, arrasó con olivares y provocó importantes daños a viviendas.
Investigaciones y medidas preventivas
Según el diario Kathimerini, la policía investiga como causa probable del incendio en Keratea un cable defectuoso que colgaba de un poste de la red eléctrica. El medio también recordó que al menos tres grandes incendios en julio podrían haberse originado por fallos en infraestructuras eléctricas.
Ante este panorama, las autoridades han intensificado las precauciones. Este mismo sábado, la policía detuvo a un hombre de 50 años que operaba herramientas cortantes capaces de generar chispas en una zona boscosa cerca de Atenas, lo que suponía un alto riesgo de provocar un nuevo incendio.
Grecia enfrenta cada verano una temporada crítica de incendios forestales, agravada por el cambio climático, prolongadas sequías y fuertes vientos que se intensifican con frecuencia.
En los últimos años, el país ha visto cómo decenas de miles de hectáreas de bosque, tierras agrícolas y comunidades enteras han sido devastadas por el fuego. A esto se suma la creciente preocupación por el deterioro de infraestructuras eléctricas, que han sido señaladas como origen de varios siniestros.