Se ha aclarado el negocio voto-dinero

Lo que se ha visto, hasta ahora, con el derecho a votar es que ha sido una forma de hacer dinero desde una institución del Estado.

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1.- Una vez que la descomposición se apodera de un cuerpo social, la podredumbre se comprueba en todas sus instituciones y órganos del Estado, llegando hasta el proceder de ciudadanas y ciudadanos.

2.- La voluntad política, la disposición de una persona a decidirse en uno u otro sentido para escoger o rechazar, no debe estar condicionada.

3.- La intención, la determinación de ejecutar algo, entraña un propósito, el cual es fruto de una resolución libre, no condicionada.

4.- El voto, en la democracia representativa, es la forma que utiliza la ciudadana o el ciudadano para delegar en otro el ejercicio del gobierno y el poder del Estado.

5.- Al entregar su voto a favor de un candidato, el elector procede tomando en cuenta la confianza, la esperanza firme de que a quien ha elegido honrará la palabra dada.

6.- En nuestro país, el derecho a votar ha caído en el descrédito porque la sana intención de quien sufraga resulta desnaturalizada al perder su esencia democrática.

7.- El desengaño del electorado ha hecho posible la abstención electoral. Ante un sufragante burlado en su buena fe y nobles sentimientos, se ha impuesto el desprecio al sufragio.

8.- El abstencionismo es una forma pasiva de incumplimiento del deber de las ciudadanas y los ciudadanos de ejercer su derecho al voto. Es un medio de protesta contra la prostitución del voto y, a veces, de los procesos electorales.

9.- En nuestro país, votar en las elecciones generales para elegir al representante del Poder Ejecutivo y a otros cargos electivos se ha convertido en una de las tantas formas de perder el tiempo y ser políticamente engañado. El voto carece, aquí, de valor cívico y ciudadano.

10.- Lo que se ha visto, hasta ahora, con el derecho a votar es que ha sido una forma de hacer dinero desde una institución del Estado.

11.- La reciente modalidad anunciada desde la Cámara de Diputados, de pagarles a las electoras y a los electores por votar, nos está diciendo que el voto perdió su significativo valor.

12.- El voto en el medio dominicano es algo insignificante, de poca o ninguna importancia, porque se ha reducido a un pago utilizando la mercancía dinero.

13.- Para el ciudadano dominicano, el voto en lugar de ser algo de trascendencia, no es más que una cosa trivial, insustancial, superficial.

14.- La ciudadana o el ciudadano dominicano que decide votar está haciendo una operación negociable. A eso se ha reducido el voto.

15.- Aquel que crea que aquí se ha fortalecido la democracia, está loco de atar, ha perdido el juicio por completo o, por lo menos, tiene trastornada la mente.

16.- Pagar por votar, si no es algo muy ingenioso, por lo menos revela que el sistema no está lejos de colapsar. Ojalá así sea.

Ramón Antonio (Negro) Veras

Ramón Antonio (Negro) Veras

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